Te acordás, hermano, que tiempos aquellos!
eran otros hombres, más hombres los nuestros,
no se conocían coca, ni morfina,
los muchachos de antes no usaban gomina.
Te acordás, hermano, que tiempos aquellos!
veinticinco abriles que no volverán,
veinticinco abriles, volver a tenerlos,
si cuando me acuerdo me pongo a llorar.
¿Donde están los muchachos de entonces?
Barra antigua de ayer ¿donde están?
Yo y vos solos quedamos hermano.
Yo y vos solos para recordar...
Te acordás, las mujeres aquellas
minas fieles de gran corazón,
que en los bailes de Laura, peleaban
cada cual defendiendo su amor.
Te acordás, hermano, la rubia Mireya?
que quite en lo de Hansen al loco Cepeda;
casi me suicido una noche por ella,
hoy es una pobre mendiga harapienta.
¿Te acordás, hermano, lo linda que era?,
se formaban ruedas pa' verla bailar;
cuando por la calle, hoy la veo tan vieja,
doy vuelta a la cara, y me pongo a llorar.
Letra: Manuel Romero
Música: Francisco Canaro
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